Una tarde de otoño con la mar en calma, apetece lanzarse a escuchar el rumor de las olas. Con la cámara en ristre, perdido entre el trípode y el visor. Un poco de espera y ..... esto es lo que ha salido. Disfrutar de ellas al visionarlas, como yo disfruto disparando.
Playa Salvé de Laredo (Cantabria), nocturno desde el Puntal.
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